.... tras convivir con varios blogs, con diferentes nicks, nombres, apodos... he decidido "dar la cara" jaajaaja.... intentaré rescatar lo mejor que tenía en cada blog.. e iré añadiendo cositas nuevas....

miércoles, 9 de enero de 2013

¿felicidad?

.... hoy, discusión (amable y distendida) con una amiga sobre la felicidad... me ha venido a la cabeza un cuento, precioso para mi gusto... y que define bien mi opinión sobre la felicidad...
esta es la historia de un hombre.. un hombre que dejó que sus ojos se posaran como mariposas en cada detalle. Sus ojos eran los de un buscador y quizá por eso descubrió aquella inscripción sobre una de las piedras: Manuel, vivió 8 años, 6 meses, 2 semanas y 3 días. Se sobrecogió un poco al darse cuenta de que aquella piedra no era simplemente una piedra: era una lápida. Sintió pena al pensar que un niño de tan corta edad estaba enterrado en aquel lugar. Mirando a su alrededor, el hombre se dio cuenta de que la piedra de al lado también tenía una inscripción. Se acercó a leerla. Decía: Carmen, vivió 5 años, 8 meses y 3 semanas.
El buscador se sintió terriblemente conmocionado. Aquel lugar era un cementerio y cada piedra era una tumba. Una por una empezó a leer las lápidas. Todas tenían inscripciones similares: un nombre y el tiempo de vida exacto del muerto. Pero lo que realmente lo llenó de espanto fue comprobar que el que más tiempo había vivido sobrepasaba apenas los once años. Embargado por un dolor terrible, se sentó y se pudo a llorar.
El cuidador del cementerio que pasaba por allí se acercó y le preguntó si lloraba por algún familiar. “No, por ninguno, dijo el buscador. ¿Qué pasa en este pueblo? ¿Por qué hay tantos niños muertos enterrados en este lugar? En anciano se sonrió y dijo: “Puede usted serenarse. Aquí lo pasa es que tenemos una vieja costumbre. Le contaré…
Cuando un joven cumple quince años, sus padres le regalan una libreta. Es tradición entre nosotros que, a partir de ese momento, cada vez que uno disfruta intensamente de algo, abre la libreta y anota en ella a la izquierda qué fue lo disfrutado y a la derecha, cuánto tiempo duró la alegría. Conoció a una chica y se enamoró de ella, pues lo apunta y escribe también cuánto duró. Y después la emoción del primer beso, el placer maravilloso del primer beso, y después el embarazo y el nacimiento del primer hijo, y luego la boda de los amigos, y más tarde el viaje deseado, y después el encuentro con un hermano después de mucho tiempo. Y así sucesivamente vamos anotando en la libreta cada momento que disfrutamos. Entonces cuando alguien se muere, es nuestra costumbre abrir su libreta y sumar el tiempo de lo disfrutado para escribirlo sobre su tumba, porque ese es para nosotros el único y verdadero tiempo vivido.”
bien, cada uno que saque sus propias conclusiones...
buenas noches...

1 comentario:

  1. Completamente de acuerdo, por desgracia cada vez perdemos unos momentos preciosos de nuestra vida en banalidades y enfados sin fundamento. Qué lástima !,!
    Ana

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